El caracol se mueve como un
aerodeslizador, que se eleva
sobre un colchón de caucho propio
y comparte su secreto
con el erizo. El erizo
no comparte su secreto con nadie.
Le decimos, Erizo, sal
de ti mismo y te amaremos.
No queremos hacerte daño. Sólo
queremos oír aquéllo
que tengas que decir. Queremos
tus respuestas a nuestras preguntas.
El erizo no suelta nada,
se mete en sí mismo.
Nos intriga qué tiene que ocultar
un erizo, qué lo hace desconfiar.
Olvidamos al dios
bajo esta corona de espinas.
Olvidamos que nunca más
confiará en el mundo un dios.
Este libro lo lei el verano pasado cuando tenía tiempo y aun no había perdido el placer por la lectura. Va de una portera de un bloque de viviendas de lujo en Paris que resulta que es lista listisima y filosofea sobre la vida pero se oculta tras su papel de portera ordinaria para llamar la atención, y de una niña que vive en uno de los pisos que tambien es lista listisima y no soporta a su familia porque son todos unos frívolos y superficiales.
Es un argumento muy sencillo pero con un toque de esos existenciales que me gustan a mí. Me parecio una lectura de esas frescas que te hacen meterte un montón en la historia y entender a los personajes. Se lee muy rápido, no tanto las partes en que a la portera le da por filosofear.
Tiene otro libro Una golosina que también tiene buena pinta.